Desde 2001, las carreteras europeas han ido registrando cada vez menos accidentes, pero ahora el número de muertes en las rutas han aumentado en un 1,2%. Con esto, el posible alcance de la cifra que la Comisión Europea se planteaba alcanzar en 2020, menos de 16.000 muertos, está en peligro.

Los datos, que se desprenden del nuevo Informe de Seguridad Vial DEKRA 2016 y que ha sido presentado recientemente en Berlín, muestran que el número de víctimas mortales ha aumentado en Alemania (+2,9%), en Francia (+2,4%) y en Italia (1,3%). La suma de estos tres países supone el 40 por ciento de todas las víctimas mortales de la Unión Europea.

“Es alarmante que el número de víctimas mortales sube especialmente en aquellos estados que disponen de una flota de vehículos relativamente moderna”, opina Clemens Klinke, responsable de la junta directiva DEKRA. Y es que la presente edición del informe sobre seguridad en el sector del automóvil se dedica especialmente al tráfico de personas, y más especialmente, en el tráfico de automóviles.

En este sentido, los conductores de coches son, a través de las décadas, los usuarios más implicados en los accidentes viales. Por lo tanto, se constituyen como el grupo en el que se debe trabajar más para aumentar la seguridad de forma duradera. Según el estudio, la mayor causa de accidentes suelen ser los errores humanos: el ser humano es el responsable de 9 de cada 10 accidentes.

La industria automovilística pone empeño en mejorar las tecnologías clave de la movilidad 4.0, que aportan una ayuda adicional en la reducción de siniestros. Mientras que, por un lado, la seguridad aumenta con estos sistemas electrónicos de asistencia, el potencial de estas nuevas tecnologías decrece por la distracción en la circulación. Las investigaciones viales DEKRA en seis capitales europeas constatan que casi un 17% de los peatones utilizan sus smartphones al cruzar la carretera. “En los próximos años, el trabajo sobre la seguridad vial debe centrarse especialmente en el tema de la distracción. En primer lugar figura la sensibilización”, según Klinke. “Ni la mejor tecnología automovilística, no la mejor infraestructura vial podrán cambiar esto”.